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En el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, se reconoce la labor del grupo “Nuevo Amanecer”, conformado por mujeres garífunas de la Moskitia hondureña. Su trabajo con la yuca y la elaboración del casabe protege la biodiversidad, asegura alimentos esenciales y fortalece la economía y la identidad cultural local. 

En palabras de Doris Marina Meléndez Casildo, presidenta del grupo y productora de casabe: “Uno de mis mayores logros ha sido inspirar a más mujeres de mi comunidad a practicar actividades en defensa de la tierra y la biodiversidad” 

Con el apoyo del Fondo de Paisajes Biodiversos (BLF por sus siglas en inglés), el grupo estableció una parcela de 5 mil metros cuadrados de yuca en la comunidad de Plaplaya, del departamento de Gracias a Dios. La finca combina prácticas tradicionales con técnicas adaptativas al cambio climático, optimizando la producción y conservando la humedad y fertilidad del suelo. La rotación de cultivos y el uso de plantas medicinales forman parte de estas prácticas, recuperando conocimientos comunitarios para mantener la tierra saludable y productiva. 

Casabe: patrimonio cultural y economía local 

El cultivo de yuca asegura el suministro de materia prima para el casabe, un alimento ancestral que, además de brindar energía y nutrientes, genera oportunidades económicas para las familias de Plaplaya. El casabe, pan elaborado a partir de la yuca rallada, exprimida y tostada, requiere paciencia y trabajo colectivo. 

Foto 1 por Rigoberto Ford (WCS Honduras). La yuca crece en las parcelas de Plaplaya y ya se cuenta con 5 mil metros cuadrados de cultivo.  Foto 2 por Víctor Padilla (WCS Honduras) durante una reunión con el equipo del BLF y el grupo "Nuevo Amanecer". Foto 3 por José Norales. El grupo de mujeres “Nuevo Amanecer” en los inicios del establecimiento de la parcela de yuca.

Foto por Laura Celeste Flores Maldonado. Los conocimientos y prácticas tradicionales para la fabricación y el consumo de pan de casabe fueron reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2024.  

La Moskitia: territorio vivo de culturas y naturaleza 

La Moskitia hondureña, con bosques, humedales, lagunas costeras y manglares, alberga jaguares, manatíes, delfines y cientos de aves migratorias. Es un territorio biocultural donde confluyen pueblos indígenas y afrodescendientes que dependen directamente de los recursos naturales. 

El territorio enfrenta amenazas como la deforestación por ganadería ilegal, la invasión de tierras, la pesca y caza no sostenibles, además de los efectos del cambio climático. Las comunidades, especialmente las mujeres, viven desigualdades históricas y discriminación. 

Es por ello que iniciativas como el grupo Nuevo Amanecer protegen la Moskitia, uniendo tradición, cuidado de la biodiversidad y liderazgo femenino. 

“Ser mujer indígena en la conservación es un acto de orgullo, amor y resistencia.” 
- Doris Marina - 

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